De esta forma, los usuarios de Windows ven como el sistema operativo ofrece una sólida experiencia de juego y garantiza la máxima compatibilidad. No obstante, hay una serie de consejos que debes seguir para aprovechar al máximo los juegos en Windows 11. A continuación te ofrecemos trucos y consejos para sacar el máximo partido a tus partidas en red con títulos catalogados como AAA.
Activa HDR automático
Auto HDR es una función que solo está disponible en Windows 11 (y consolas Xbox), que agrega alto rango dinámico (HDR) a todos los juegos, incluidos aquellos para los que no está desarrollado. Básicamente, esto significa que vas a conseguir tener una imagen más brillante y colores más vibrantes que el rango dinámico estándar (SDR), lo que debería generar una experiencia de juego más inmersiva. El único inconveniente es que necesitarás un monitor compatible con HDR, algo que merece la pena comprobar si no estás seguro de tenerlo. Para ello, sigue los siguientes pasos: Dirígete a ‘Configuración> Sistema> Pantalla’ y desplázate hacia abajo hasta donde veas “HDR”. Elígelo y entonces deberías ver una pantalla que se parece a la siguiente. Elige el menú desplegable (si tienes más de una conectada), luego comprueba en ‘Capacidades de pantalla’ si se admite ‘Usar HDR’. Si la respuesta es afirmativa, asegúrate de que los interruptores para ‘Usar HDR’ y ‘Auto HDR’ están activados.
Habilita la configuración de gráficos predeterminados
Los gráficos juegan un papel muy importante en el rendimiento de los juegos, y hay algunas configuraciones que ayudan a maximizar eso. Ambas están disponibles a través de ‘Configuración> Pantalla> Gráficos> Cambiar la configuración de gráficos predeterminada’. La primera es cuando se juega con juegos en ventana (a diferencia de los de pantalla completa), que generalmente verían una mayor latencia y algunas funciones restringidas. Activar las ‘optimizaciones para juegos en ventana’ debería mejorar eso. En función de tu ordenador, es posible que puedas ver más especificaciones de tu dispositivo. En las pantallas que pueden ajustar dinámicamente la frecuencia de actualización (90, 120 Hz o más), habrá un interruptor para ‘Frecuencia de actualización variable’. Para dispositivos con GPU discretas como es el caso de AMD o Nvidia, verás la opción de ‘Programación de GPU acelerada por hardware’. Merece la pena activar ambas opciones.
Activa el Modo juego
¿Sabías que todos los dispositivos con Windows 11 tienen un ‘Modo de juego’? De esta forma, cada vez que inicies un juego, el sistema detendrá la ejecución de Windows Update en segundo plano y ayudará a lograr una velocidad de fotogramas más estable. A menudo está activado de forma predeterminada, pero dirígete a ‘Configuración> Juegos> Modo de juego’ para asegurarte de ello.
Usa la barra de juegos de Xbox
Una vez que lanzas un título concreto para jugar, la barra de juegos de Xbox preinstalada es una herramienta útil. Brinda acceso rápido a herramientas de captura y uso compartido de pantalla, además de integrar aplicaciones de terceros como Spotify y mensajería con amigos de Xbox. Puedes abrirlo como cualquier otra aplicación, pero merece la pena conocer el atajo de teclado de ‘Windows + G’ cuando estás inmerso en un juego.
Mantén actualizados los controladores de CPU y GPU
Y muy especialmente el de las gráficas. Todos los fabricantes de chips actualizan periódicamente los controladores de CPU y GPU para que todo funcione sin problemas. También conocidos como ‘drivers’, los controladores si están desactualizados, realmente no presentan un gran riesgo de seguridad, pero implica que algunos juegos más nuevos no serán totalmente compatibles o no aprovecharán su potencial gráfico. Las actualizaciones generalmente se entregan a través de ‘Windows Update’ como cualquier otro, pero también merece la pena verificarlas manualmente. Abre el ‘Administrador de dispositivos’, luego haz clic derecho en cualquier controlador relevante y elige ‘Actualizar controlador’. Si no puedes encontrar lo que estás buscando, el software de terceros, como el ‘Driver Booster’ gratuito de IObit, puede verificar y hacer el trabajo de las actualizaciones por tí.
Gestiona el archivo de paginación de Windows
En dispositivos con RAM limitada (generalmente 4 GB o menos), Windows 11 a menudo depende de una memoria virtual adicional conocida como “archivo de paginación”. Esto hace uso de alrededor de 10 GB del disco duro o SSD, lo que evita problemas en los PC más básicos. Pero si regularmente tienes RAM de sobra (incluso mientras juega), deshabilitar o reducir el tamaño del archivo de paginación puede mejorar el rendimiento y ralentizar el desgaste de tu SSD. Para averiguarlo, consulta la sección ‘Memoria’ de la aplicación ‘Administrador de tareas’ mientras ejecutas un juego exigente. Si estás seguro de que tienes capacidad adicional, dirígete a ‘Configuración > Sistema > Acerca de’ y selecciona ‘Configuración avanzada del sistema’ en la sección de ‘Enlaces relacionados’. En la ventana que aparece, selecciona la pestaña ‘Avanzado’, luego ‘Configuración…’ en la sección Rendimiento. Elige la pestaña avanzada nuevamente, luego ‘Cambiar…’ dentro de la sección Memoria virtual. Desmarca la casilla junto a ‘Administrar automáticamente el tamaño del archivo de paginación para todas las unidades’, luego elige un ‘Tamaño personalizado’ en Mb o selecciona ‘Sin archivo de paginación’. Haz clic en ‘Aceptar’ en ambas pantallas y aplica los cambios. Después de este cambio, controla los juegos en busca de problemas y ajusta la configuración del archivo de paginación si encuentras algún problema.
Actualiza componentes internos
Los últimos dos pasos son totalmente opcionales e implican realizar cambios en el hardware en lugar de en el sistema operativo Windows 11. Actualizar tu CPU, GPU, RAM y/o SSD puede tener un efecto significativo en el rendimiento de los juegos, por lo que vale la pena familiarizarse con el proceso, siempre que tengas un PC de escritorio en el que puedas acometer actualizaciones. La situación es mucho más complicada en un portátil para juegos, donde no se recomienda actualizar los componentes (incluso si es posible). En la mayoría de los casos, abrir un portátil supone anular la garantía que te brinda el fabricante, con lo que es más lo que pierdes que lo que puedas ganar.
Haz overclocking
También merece la pena considerar el overclocking. Puede aumentar la velocidad del reloj de la CPU y la GPU por encima de lo que normalmente son capaces de hacer, lo que aumenta el rendimiento general. Muchas de las grandes marcas, como es el caso de Asus, MSI o Gigabyte, proporcionan sus propias herramientas de overclocking, que funcionan tanto para ordenadores portátiles como para ordenadores PC de escritorio. Sin embargo, una advertencia: el overclocking a menudo puede reducir la estabilidad, así que actúa con precaución y conocimiento de causa.
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